Este domingo 21 de noviembre se juega una de las elecciones presidenciales más importantes del último tiempo, en un contexto en que el país atraviesa también un inédito proceso constitucional que dará paso a una nueva Constitución. Así es, soplan vientos de cambios, porque independiente de la ideología o el partido político detrás de cada candidat@, existe un consenso sobre la necesidad de transformar Chile.
La educación, sin embargo, no ha estado en el eje de las campañas de la y los presidenciables, algo que resulta inexplicable si consideramos que es la llave central que tienen los países para asegurar el desarrollo humano sostenible, fortalecer la democracia y mejorar el bienestar presente y futuro de la población. Por eso, desde Educación 2020 queremos aportar a enriquecer este debate -tal como lo hicimos en 2017 con la hoja de ruta con las 30 prioridades educacionales al año 2030– con lo que creemos son las 5 prioridades y 10 desafíos más importantes a los que un futuro gobierno (2022-2026) deberá hacer frente si queremos seguir avanzando a paso firme hacia una mayor justicia social desde nuestro sistema escolar.
Javiera Martínez, coordinadora de Políticas Públicas de Educación 2020, comentó que “los próximos cuatros años serán un periodo complejo para el sistema educativo ya que están pasando varias cosas en simultáneo: estamos implementando la Nueva Educación Pública; las escuelas están realizando un enorme esfuerzo por sostener un sistema de educación híbrido, por reactivar los aprendizajes y disminuir las brechas que acrecentó la pandemia, además del proceso constitucional. Es por eso que nos parecía importante aportar a la discusión sobre los principales desafíos de los próximos cuatro años a partir de nuestra experiencia trabajando con cientos de escuelas a lo largo del país”.
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¿Cuáles son las 5 prioridades y 10 desafíos para el próximo gobierno?
1. DE LA COMPETENCIA A LA COLABORACIÓN: Es urgente avanzar de un sistema basado en la competencia, la desconfianza y el castigo a uno basado en la colaboración, la confianza y la profesionalización para el aprendizaje de tod@s. Este es un cambio demandado por las comunidades educativas, por el mundo académico y social, y con el que se busca eliminar los negativos impactos que ha tenido un sistema basado en principios de mercado por sobre principios pedagógicos y educativos.
Desafío 1: Potenciar la innovación para recuperar aprendizajes y reducir las brechas amplificadas por la pandemia, promoviendo experiencias formativas integrales.
Desafío 2: Eliminar el cierre de escuelas como consecuencia de la evaluación en el sistema de aseguramiento de la calidad, reducir la carga de evaluaciones estandarizadas, y reorganizar el currículum para promover el desarrollo de capacidades.
Desafío 3: Nuevo sistema de financiamiento para el sistema escolar con aporte basal, que entregue mayor estabilidad al funcionamiento de las escuelas y que no dependa exclusivamente de la asistencia y matrícula, sino que incorpore también otros factores relevantes, como ubicación de la escuela, modalidad de enseñanza, entre otros.
2. PRIMERA INFANCIA AL CENTRO: Se debe mejorar la cobertura, flexibilidad y calidad de la educación inicial. Esta etapa es una ventana de oportunidad en el desarrollo integral de niños y niñas, y si la abordamos adecuadamente estaremos disminuyendo las brechas e inequidades tempranamente.
Desafío 4: Un nuevo gobierno debe avanzar decididamente en el desafío de aumentar la oferta de modalidades alternativas más flexibles que las tradicionales, que se ajusten a las necesidades de las distintas familias e incorporen su participación, fortaleciendo su confianza en el sistema educativo
Desafío 5: Potenciar la educación parvularia, deteniendo la escolarización en este nivel y fortaleciendo la formación y valoración de sus profesionales y técnicos.
3. COMPROMISO REAL CON LA NUEVA EDUCACIÓN PÚBLICA (NEP): Es fundamental que un futuro gobierno tenga un compromiso real con la NEP, como política de Estado. En 2017 el país definió, democráticamente, un camino para terminar con el debilitamiento sistemático de la educación pública acarreado por la municipalización. Pese a que este cambio no está exento de complejidades, las recomendaciones del Consejo de Evaluación de esta política son seguir avanzando en el proceso abordando los nudos críticos que se han detectado.
Desafío 6. Garantizar todos los apoyos y recursos necesarios para la nueva etapa de implementación del Sistema de Educación Pública y avanzar en el fortalecimiento de capacidades de los equipos de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), especialmente en los procesos pedagógicos y trabajo en red, en estrecho vínculo con las necesidades y características de los territorios.
Desafío 7. Fortalecer los nuevos niveles intermedios: Servicios Locales de Educación (SLEP) como pieza clave de la reforma.
4. NUEVA INSTITUCIONALIDAD Y MAYOR EQUIDAD EN LA EDUCACIÓN TP: Tenemos el desafío de avanzar en una institucionalidad y un modelo de calidad pertinente con la educación Técnico Profesional, con el propósito de resguardar la articulación del sistema y el fortalecimiento de capacidades de sus protagonistas.
Desafío 8. Nueva institucionalidad y un modelo de calidad pertinente con la educación TP, para la articulación del sistema y el fortalecimiento de capacidades de sus protagonistas.
Desafío 9. Equidad de género en la educación TP y más estudiantes mujeres en áreas STEM. En Chile la matrícula femenina en la formación TP se concentra fuertemente en especialidades de administración y servicios sociales, áreas de poco reconocimiento en el mercado laboral y de bajos salarios. Asimismo, la presencia de mujeres en áreas como Metalmecánica o Electricidad, -que cuentan con mayor empleabilidad y expectativas salariales- es significativamente más baja. Este es un ámbito que debe ser abordado de modo transversal si queremos avanzar en calidad y equidad de la formación TP en el país.
5. LIDERAZGO PARA LA MEJORA SISTÉMICA: La urgencia de una carrera directiva.
Desafío 10. Priorizar el liderazgo directivo, a través de un sistema de desarrollo profesional directivo en etapas, con mayor foco en su rol pedagógico, formación específica e incentivos salariales. Nuestro país ha avanzado en definiciones y sistemas de apoyo para el desarrollo profesional docente, pero tenemos una deuda pendiente con directivos. Necesitamos promover el fortalecimiento de su liderazgo, a través de un sistema de desarrollo profesional directivo en etapas, con mayor foco en su rol pedagógico, formación específica e incentivos salariales.
Como Educación 2020 creemos que el próximo gobierno deberá atender, por lo menos, a estas 5 prioridades y 10 desafíos. Porque un nuevo Chile sólo será posible ¡con una nueva educación!
Para revisar el documento completo “5 prioridades en educación para el nuevo gobierno (2022-2026)» pincha aquí.