“Las tutorías son buenas, porque ayudan a los niños a que busquen más preguntas, más información, que se esfuercen y no se rindan”, cuenta Andy Salvatierra, estudiante del Colegio Juan Moya Morales. Su compañero, Gabriel Romero, asiente a lo que dice Andy, y agrega que “las tutorías son buenas, porque como dice el dicho ‘se aprende más enseñando que estudiando’.
Constanza Retamal, es estudiante de la Escuela Raúl Sáez, y en el último Festival de Aprendizajes que se realizó en la escuela le tocó tutorar a su mamá. “Hice que ella leyera y que respondiera las preguntas. Me parecen bien las tutorías, porque es una manera nueva de aprender, es más fácil, te lo explican mejor”, dice Constanza. Su madre y tutorada, Johanna Orellana, la mira con orgullo y nos cuenta que “fue una experiencia muy bonita (…) Me parece bien que se implemente esto en las escuelas, porque los niños aprenden más y aprenden a compartir, porque ahora en los colegios hay mucho bullying, entonces con esto tienen más compañerismo, que no existan tantas peleas… es muy bueno”.
“Ser tutor es impresionante, es como si uno fuera un profesor, es como hacer el rol de lo que hacen los profesores que nos enseñan, y sirven también para que uno mismo, que tutora, aprenda y piense lo que cuesta enseñar a otra persona. Tutorar es ‘bacán’, me encantó. Lo que más me gustó es que entendió y aprendió lo que le enseñé”, cuenta Joaquín Astudillo, quien va al mismo establecimiento que Constanza.
Para Cristina Sepúlveda, Jefa de Proyectos de Educación 2020 y quien lidera el proyecto en escuelas de Lo Espejo, las Tutorías entre Pares son una buena metodología por varias razones: “porque se hace cargo y no desatiende aspectos más integrales de la formación de estudiantes, y porque fomenta el rol activo del y la estudiante en su propio aprendizaje y en el ámbito socioemocional, fomentando relaciones interpersonales”, lo que favorece la escucha activa y una relación de respeto entre pares.
A la fecha, Educación 2020 ha acompañado la implementación de Tutoría entre pares en seis regiones del país, y también en Latinoamérica, específicamente en Honduras y Nicaragua, sumando un total de 120 establecimientos educacionales, logrando impactar a más de 250 equipos directivos, mil docentes y más de 3 mil estudiantes.