“A ver, cuéntame, ¿Tienes amigos?”, pregunta Camila, la profesora, a una niña de quinto año básico de una escuela en la comuna de Lo Espejo. Ella asiente con la cabeza, entonces, Camila avanza a la siguiente pregunta: ¿Qué es un amigo para ti? y la niña anota su respuesta en su cuaderno: “un amigo es alguien que te puede ayudar y en quien puedes confiar». Acto seguido, Camila y la niña leen un microcuento de Santiago en 100 palabras que lleva por nombre “Mi nuevo amigo”, y que relata la historia de un niño migrante que se adentra en el mar de una playa chilena, mientras su amigo, chileno, lo espera en la arena.
Tras conversar y reflexionar sobre la historia, Camila le pide a la niña que recree el relato, pero poniéndose en el lugar de ese niño migrante que al llegar a nuestro país debe conocer un mar distinto, mucho más frío que el de su país. Así, la estudiante empieza a reflexionar sobre la historia, a conversar, a hacer preguntas y a responderlas por sí misma. Este tema, llamado «Mi nuevo amigo», fue elegido por la propia estudiante, acorde a su interés, para ser “tutorada” y, prácticamente sin saberlo, estaba trabajando habilidades para la asignatura de Lenguaje definidas por el currículum escolar, como comunicación oral, lectura y escritura, y otras vinculadas, además, a las relaciones interpersonales como la empatía y solidaridad, anclados a la asignatura de Orientación.
Mientras la profesora y la niña viven la relación tutora, otras 10 tutorías están ocurriendo simultáneamente en el mismo curso. Así, los mismos estudiantes se preparan para tutorar más adelante a un compañero o compañera con este u otro contenido. Eso es, a grandes rasgos, una Tutoría entre Pares (TeP), la estrategia de innovación educativa que Educación 2020 trajo a Chile en el año 2015 desde México, luego de ir a formarse en ella, y que desde entonces está revolucionando la forma de aprender y enseñar.