Profesor Nemesio Parra: “Hemos vuelto a ser guías y no solo ‘pasadores’ de materia”
Tener una vasta carrera como profesor no fue impedimento para que Nemesio Parra Antihuil, profesor de Historia del Liceo América de Los Andes, se atreviera a cambiar por completo la forma en la que enseñó por 20 años. ¿Efectos preliminares? Asegura que sus estudiantes están más motivados, aprenden a valorar más las diferencias culturales y […]
Tener una vasta carrera como profesor no fue impedimento para que Nemesio Parra Antihuil, profesor de Historia del Liceo América de Los Andes, se atreviera a cambiar por completo la forma en la que enseñó por 20 años. ¿Efectos preliminares? Asegura que sus estudiantes están más motivados, aprenden a valorar más las diferencias culturales y desarrollan mejor sus habilidades. Él, en tanto, se ha reencontrado con la esencia de la labor pedagógica.
En una de las renovadas salas del Liceo América de Los Andes, el profesor de Historia, Nemesio Parra Antihuil, se pasea entre las mesas y observa a sus estudiantes, que trabajan en equipo y autónomamente. Está dispuesto a orientarlos y sabe que su rol es ese, porque en esta aula los profesores no entregan materia, sino que facilitan el proceso de aprendizaje.
No es el único en esta misión. Comparte sala con sus colegas de Lenguaje, Arte y Religión, con quienes trabaja integrando las áreas. ¿Por qué ocurre todo esto? Porque en el establecimiento están trabajando con Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), metodología que permite que los estudiantes adquieran habilidades como solución de problemas, pensamiento crítico, colaboración y comunicación.
A pesar de sus 20 años de docencia, este profesor mapuche no dudó en dejar atrás las prácticas que había desarrollado por tanto tiempo y asegura que fue la mejor decisión. “Ahora volvimos al origen de la pedagogía, o sea, a ser guías y no solamente ‘pasadores’ de materia”, dice Parra.
¿Cómo fue el proceso de formación para aplicar ABP?
Partimos en octubre del año pasado y en un principio no se entendía muy bien cómo funcionaría la estrategia, porque cuesta sacarse el modelo de educación tradicional. La pedagogía ha sido muy intervenida en el país, pero nadie ha tomado en cuenta lo que realmente pasa en la sala de clases. Creo que el ABP es el primer aporte real, porque no solo permite que los jóvenes aprendan, sino que también vivan un proceso más profundo.
¿Qué valor le ves a esta innovación?
Que el foco se pone en el alumno y en su aprendizaje, algo que habíamos olvidado. No estábamos siendo guías, sino que solo pasando materia, y ahora hacemos lo contrario: no solamente pasamos materia, sino que guiamos y delegamos la responsabilidad del proceso de aprendizaje a los estudiantes. Esto significa un cambio mental enorme, desde la perspectiva de cómo hago mi clase hasta cómo ellos entienden.
¿Cómo has vivido este “cambio mental”?
Es desafiante. Lo que hacíamos antes eran pruebas que no medían análisis ni crítica, sino sólo si los chicos recordaban el contenido. En cambio, con esta innovación tenemos que medir otros aspectos. Ya no me sirve saber todos contenidos de historia y manejar una metodología clásica de cómo pasarla. Tengo que buscar otra estrategia, porque ahora no solo enseño historia, sino que promovemos el desarrollo de otras habilidades que, si bien estaban en el currículum, no eran implementadas en la sala de clases.
¿Con qué proyecto están trabajando las cuatro asignaturas?
Estamos trabajando en un proyecto sobre pueblos originarios y cómo la sociedad es parte de ese mundo. Nosotros no tenemos una cultura europea; somos una mezcla especial. A veces no nos damos cuenta, pero nuestra cultura tiene muchos elementos originarios en nombres de ciudades, términos que usamos en el lenguaje, entre otros. La idea es reconocer el origen de la cultura chilena en los pueblos originarios a través de este proyecto.
¿Cómo te has organizado con los otros profesores?
Antes de aplicar ABP en la sala, hicimos un trabajo de planificación. Vimos las asignaturas y los ejes temáticos y los acoplamos. Así trabajamos en conjunto en la sala. En Artes, por ejemplo, los estudiantes reconocen la pintura y el arte de estos pueblos como una forma de expresión. En Religión investigan cuál fue el rol de la iglesia en el proceso histórico de La Araucanía. En Lenguaje analizan las fuentes y texto y en Historia, mi ramo, comprenden cómo fue el proceso histórico en La Araucanía.
Como profesor mapuche, ¿ves en esta metodología un valor para abordar la interculturalidad?
Siempre he buscado que los estudiantes tengan una mejor comprensión de los fenómenos históricos y se logren identificar con el pueblo mapuche (…). El valor de ABP es que me ha permitido traspasar este saber de forma más entretenido y más dinámico. Normalmente enseño la cosmovisión mapuche, como contenido, pero con ABP son ellos quienes investigan, enriquecen más su conocimiento sobre el mundo mapuche y lo valoran más.
¿Has visto un cambio en los y las estudiantes?
Hemos hecho un balance y vemos que al menos el 85% del curso en primero medio ya enganchó con la metodología. Y eso lo vemos en el entusiasmo, en el grado de compromiso con el trabajo que hacen en la sala y en las ganas de estar presentes. Además, ahora no tienen que esperar una prueba de contenidos para ver resultados de sus aprendizajes. Los resultados son visibles al final de la clase, porque tienen que mostrar el producto de su investigación y eso los entusiasma.
¿Qué ha significado implementar ABP en un liceo Técnico Profesional (TP)?
Ha implicado un cambio importante para los profesores, los alumnos y para la institución, pero ha sido extraordinario. La educación debe entregar habilidades y en general eso no se hace en los liceos TP. Tenemos que trabajar para formar a personas que puedan hacer análisis, que sean críticos, que puedan trabajar en equipo, que sean tolerantes y empáticos, todas habilidades necesarias para el mundo del trabajo. Esto se logra con ABP y por eso creo que lograremos formar a mejores personas.
En un día normal, ¿cómo se trabaja ABP en sala?
Hoy, por ejemplo, profundizamos en el proceso histórico de la guerra de Arauco y vimos tres grandes habilidades: comprensión, aplicación y redacción. En grupos, usando computadores y todos los espacios de la sala, los estudiantes comenzaron a desarrollar sus proyectos. Primero leyeron un texto, investigaron y profundizaron sobre el tema. Luego realizaron un diagrama donde dieron cuenta de lo que lograron encontrar. Al final cada grupo hizo una presentación frente al curso. Con esto, la clase es más dinámica y más productiva.