Cambiar las clases tradicionales por espacios donde los estudiantes sean protagonistas es un buen camino.
La formación de líderes a temprana edad es clave para proyectarnos al futuro, pero también para mirar el presente. Estudiantes con opinión y voz son también los llamados y llamadas a mejorar la calidad en la educación hoy. ¿Cómo fortalecer esta habilidad? Cambiar las clases tradicionales por espacios donde la comunidad escolar sea protagonista es un buen camino.Hace tres años, Silvana Díaz (18) era una estudiante de bajo perfil y tímida. Según cuenta, sus inseguridades crecían cada vez que hablaba ante sus compañeros del Liceo Juan Schleyer, de Freire. Este mismo nerviosismo fue el que sintió cuando uno de los asesores educativos de Educación 2020 comenzó a tutorarla, en el marco de la implementación de Redes de Tutoría, una experiencia nueva que entonces le resultaba intimidante.Recuerda que con el paso de los minutos se fue sintiendo cada vez más cómoda en la tutoría y, excepcionalmente, no sintió temor cuando presentó al público lo aprendido. Por eso, enfrentó con entusiasmo la preparación para ser tutora. “Fue un gran desafío. El darme cuenta que podía aprender y también enseñar fue importante para mí. Comencé a tener más confianza y a ser menos tímida”, comenta.Silvana empezó a participar más en su colegio, se sumó al Centro de Alumnos como vicepresidenta e incluso conversó de igual a igual con Ernesto Ottone, entonces ministro de Cultura que visitó el establecimiento. Hoy, siendo estudiante de primer año del Bachillerato de Humanidades de la Universidad Católica de Temuco, la joven asegura que la llegada de la metodología de Redes de Tutoría marcó su vida:La historia de Silvana está lejos de ser aislada. Estudiantes de los 28 establecimientos donde se implementa la metodología, con el acompañamiento de Educación 2020, han experimentado cambios en su autoestima, motivación, socialización y empatía, todos elementos claves para la formación de líderes.¿Por qué ocurre esto?Nadiezhda Yáñez, directora del Centro de Liderazgo Educativo de Educación 2020, explica que en la tutoría el aprendizaje es personalizado y el tutor es sólo guía de quien aprende. “Con esta metodología, la persona tutorada es protagonista de su proceso de aprendizaje. Es ella quien va relacionando lo que va conociendo con sus propias vivencias y esto es tremendamente significativo. Por lo tanto, en la tutoría siempre existe aprendizaje”.Pero los tutorados no sólo aprenden, sino que luego se transforman en tutores de sus pares, lo que fortalece la confianza en sí mismos. “El ver que son capaces de enseñar y aprender tiene un alto impacto en el desarrollo de las oportunidades de los estudiantes, porque refuerzan su motivación, las expectativas que tienen sobre sí mismos y también las del resto. La autoestima y autoconfianza son aspectos claves en el liderazgo”, añade. Francisco Agüero, estudiante de segundo medio del Instituto Superior de Administración y Turismo (Insat) de Valdivia, confirma esto:Encuentro a través del diálogoA la transformación a nivel personal de los estudiantes, se suma la que existe respecto a otros. La profesional precisa que en la tutoría “se desarrolla fuertemente la empatía. Lo que hace un líder es incentivar y sacar el mejor talento de otros. A través de redes, existe un acompañamiento de la otra persona, por lo tanto se desarrollan las competencias interrelacionales que son fundamentales en el liderazgo”.Yáñez agrega que “cuando un estudiante se ve enfrentado al desafío de compartir con otro estudiante que no conoce, se pone en una situación de mirarlo, reconocerlo, de ponerse en su lugar. Esta es, por cierto, una de las grandes demandas ciudadanas. Necesitamos líderes que sean capaces de ponerse en los zapatos del ciudadano normal y con redes estamos apuntando a eso”.Bárbara Donoso, estudiante de octavo básico del Colegio Angol e integrante del Consejo de Curso, cuenta su experiencia al respecto:Este mirar al otro cobra mayor sentido cuando se realizan festivales de aprendizajes entre colegios, donde estudiantes tutoran a sus pares provenientes, la mayoría de las veces, de contextos muy distintos. “Escuchamos muchos testimonios en las escuelas, donde jóvenes nos dicen ‘yo nunca había conocido la realidad de otro, yo tenía muchos prejuicios’. Este acercamiento es un pilar fundamental para construir mejor ciudadanía”, precisó Yáñez.Pero, ¿por qué es importante el liderazgo?El liderazgo es considerada una de las habilidades más importantes de este siglo. Su importancia va más allá del ámbito laboral, donde esta competencia es cada más valorada. Avanzar hacia una sociedad más justa requiere de personas que lideren los cambios sociales y en esto es clave la formación a temprana edad.Pero también los líderes escolares impactan positivamente en sus establecimientos. La evidencia demuestra que el liderazgo estudiantil mejora la convivencia escolar, porque motiva el involucramiento y la participación de la comunidad estudiantil e incluso de los apoderados en el proyecto educativo.Lo anterior se observa claramente en los núcleos impulsores de innovación, grupos que a partir de la experiencia con Redes de Tutoría comenzaron a crearse en las escuelas y que están compuestos por parte del equipo directivo, docentes y estudiantes. ¿Su misión? Movilizar a la comunidad educativa para innovar y, con ello, mejorar la convivencia escolar y la calidad de los aprendizajes.“Es en la escuela, a temprana edad, donde los estudiantes socializan sus patrones de conducta relacionales, la empatía, la capacidad para integrar la diversidad de rostros, creencias, formas de pensamiento. Este es, sin lugar a dudas, un capital que les va a otorgar oportunidades para liderar grandes proyectos de transformación”, concluye Nadiezhda Yáñez.