9 noviembre, 2015
Cuando los niños y niñas del colegio Poeta Víctor Domingo Silva, de San Joaquín, escucharon la noticia del incendio en Valparaíso, quisieron ayudar. Pensaron que más que enviar víveres, podrían enviar cariño y apoyo. Entonces escribieron más de cien cartas, que mandaron al Centro Educativo Florida, de Valparaíso.Este año, cuando el colegio se enteró de […]
Cuando los niños y niñas del colegio Poeta Víctor Domingo Silva, de San Joaquín, escucharon la noticia del incendio en Valparaíso, quisieron ayudar. Pensaron que más que enviar víveres, podrían enviar cariño y apoyo. Entonces escribieron más de cien cartas, que mandaron al Centro Educativo Florida, de Valparaíso.
Este año, cuando el colegio se enteró de lo afectadas que estaban las personas por el terremoto en La Serena, quisieron revivir la experiencia del carteo. Diseñaron un tren de papel, donde cada vagón representó un curso que depositaba mensajes de apoyo, los que luego se enviaron al colegio Carlos Condell de la Haza, ubicado en la región de Coquimbo.
“Esto no es una ayuda solo para quienes reciben las cartas, es mutuo, porque contribuye a fortalecer valores, como la empatía, y a que nuestros estudiantes crezcan como sujetos”, señala Andrea López, encargada de convivencia del colegio público Poeta Víctor Domingo Silva.
“Es toda la comunidad escolar la que se organiza en torno a una actividad cuyo foco es la preocupación por otras personas. Eso es clave para la formación ciudadana. No hay ciudadanía si no hay vínculo con las necesidades o con las historias de otros”, reflexiona Lorena Jiles, asesora educativa del Centro de Liderazgo Educativo de Educación 2020.
En la escuela de La Serena, que también es pública, destacan la oportunidad de abrir espacios a sus estudiantes a contar sus sentimientos sobre la catástrofe. “Ahora los niños y niñas se preparan para responder las cartas a Santiago”, cuenta Andrea Gaete, jefe técnico del colegio Carlos Condell.
Anaís Godoy tiene 11 años y está en sexto básico, en el colegio Poeta Víctor Domingo Silva. El año pasado le escribió a estudiantes de Valparaíso y este año a La Serena. «Hicimos cartitas súper felices, con incentivos. Les puse que estamos para ellos y cositas como stickers, con ositos, que nos dio la profe y que yo tenía en mi cuaderno. Me gustaría que nos respondieran, para saber que están bien».
Esta iniciativa fue apoyada por Educación 2020, que actuó como intermediario entre ambas escuelas, con las que mantiene vínculo y acompaña pedagógicamente, a través de su Centro de Liderazgo Educativo.
“Los niños aprendieron a desarrollar la solidaridad, que es acompañar a otros y demostrar que nos importa lo que les sucede. Eso, sin duda, es parte de los aprendizajes integrales”, concluye Lorena Jiles.
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