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El dinosaurio que se hizo mago: Cómo las Redes de Tutoría cambian la sala de clases

Noticias sobre educación

25 agosto, 2017

Desde hace algún tiempo la Fundación Educación 2020 comenzó a implementar las Redes de Tutorías en 33 colegios de dos regiones, la Metropolitana y La Araucanía. Este método pedagógico se basa en una relación tutora, donde el estudiante elige un tema de su interés -relacionado con el currículum- y aprenden sobre el tópico respondiendo preguntas […]



Desde hace algún tiempo la Fundación Educación 2020 comenzó a implementar las Redes de Tutorías en 33 colegios de dos regiones, la Metropolitana y La Araucanía. Este método pedagógico se basa en una relación tutora, donde el estudiante elige un tema de su interés -relacionado con el currículum- y aprenden sobre el tópico respondiendo preguntas que permite entender el tema.

En la biblioteca del Liceo Bicentenario de Talagante, ya se está implementando esta metodología. El cuento es “El dinosaurio que quería ser mago”. Benjamín Fernández, estudiante de primero medio, lee con atención la historia y luego dibuja al protagonista con una varita y un sombrero. Pero ese no es todo el trabajo que debe hacer. Su tutora, Michelle Olgui, quien además es jefa de proyecto en Educación 2020, le señala que debe continuar la historia o si quiere, terminarla como está. Un poco dubitativo, Benjamín comienza a escribir y pasa varios minutos inventando un nuevo camino para el dinosaurio. Después de un rato, el cuento está terminado.

¿Es un cuento o una fábula? Es una pregunta difícil, por lo que Benjamín debe empezar a investigar para descubrir la respuesta. Y así lo hace, con computador en mano busca y lee la descripción de cada término, luego piensa cuál coincide con su texto. Pero ese no es todo el trabajo y aprendizaje que hace. Ahora, debe reconocer y explicar las figuras literarias que aparecen en su historia. Con el computador a mano, él y Michelle comienzan a ver cuáles son esas figuras y qué significan.

– ¿Eso no es anáfora? Pregunta Michelle.

Luego de unos momentos, Benjamín responde que no, porque no hay reiteración.

– ¿Qué es el epíteto?, cuestiona de nuevo Michelle.

Entonces Benjamín le explica, en palabras simples, qué es esa figura literaria y comienza a trabajar con ellas. El trabajo no es simple. Benjamín tiene que recordar qué significa cada figura y analizar y explicar si están o no presentes en su texto.

Cuando finalmente llegan al final del texto y ya han descrito todas las figuras literarias, Benjamín se da cuenta de que muchas ya las conocía y que, además, es capaz de explicarlas a otra persona.

-Ya, ahora hay que hacer una presentación del trabajo que hicimos, y cómo aprendiste, dice Michelle.

Y en un papelógrafo, Benjamín explica el viaje que hizo para aprender y recordar, cómo fue su trabajo con Michelle y qué fue lo que más le costó aprender. Con sinceridad, escribe que fue comprender la diferencia entre cuento y fábula, y explica que logró entender investigando.

Antes de la presentación, Michelle comenta sobre Benjamín y su trabajo con él. Lo describe como un niño dulce que, en el futuro, se convertirá en abogado. Este comentario podría no significar mucho, pero la convicción con que lo dice Michelle refleja también la de Benjamín y cómo él ve la vida: Intentar e intentar sin rendirse para lograr ser alguien.

“Aprendí cosas nuevas y repasé algunas que ya sabía. Creo que ésta es una idea innovadora y entretenida. Me gustaría aprender más y creo que si practico, podré ser un tutor también”, dice Benjamín.

Frente sus compañeros, profesores y jefes de proyecto de Educación 2020, Benjamín explica el trabajo que realizó, el cuento que leyó y cómo pasó de ser El dinosaurio que quería ser mago, a El dinosaurio que se hizo mago. 

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