También es necesario fortalecer la institucionalidad, poner foco en calidad y fomentar trayectorias flexibles, entre otras medidas.
Si bien, como fundación reconocemos que es positivo el aumento de la gratuidad a 13 mil estudiantes del séptimo decil, proyecto anunciado por el Gobierno, consideramos que esta medida está lejos de saldar la deuda que el país tiene con la Educación Técnico Profesional (TP). ¿Qué hacer? Fortalecer la institucionalidad, poner foco en calidad y fomentar trayectorias flexibles son algunos de los caminos.“La gratuidad llegó para quedarse”. Con esas palabras, el Presidente Sebastián Piñera introdujo el anuncio de que, a partir del próximo año, el beneficio se ampliará del 60% al 70% de los estudiantes más vulnerables que cursen en centros de formación (CFT) e institutos técnicos profesionales (IP), que cumplan con los requisitos de estar acreditados y ser sin fines de lucro.Actualmente la iniciativa está siendo discutida y, en ese contexto, parte del equipo de Educación 2020 presentó nuestra visión ante la Comisión de Educación del Senado. ¿La opinión? Emparejar la cancha en Educación TP requiere bastante más que un aumento de gratuidad. Urge una estrategia integral, que permita saldar la deuda que, como país, tenemos con esta modalidad educativa, que hoy concentra el 46% de los estudiantes de la educación superior.La directora ejecutiva de Educación 2020 Alejandra Arratia, precisó que “reconocemos que esta medida permitirá que 13 mil estudiantes tengan asegurado el acceso a la educación en este nivel y que el proyecto recoja los aspectos clave de la ley de Educación Superior, en las exigencias con respecto a la acreditación y al lucro”.Sin embargo, advirtió que el principal desafío en educación superior TP es promover políticas de largo plazo, implementando una estrategia integral de fortalecimiento, como por ejemplo la que concordó un grupo transversal de actores, entre 2016 y 2018. “Es necesario que avancemos en la institucionalidad, a través de una agencia que conduzca al sector, integrando al mundo del trabajo y velando por que las carreras respondan a las necesidades del país”, añadió.Otros pendientesLa directora también señaló que “debemos generar un Marco Nacional de Cualificaciones, que establezca los perfiles técnicos y profesionales, y promueva trayectorias flexibles. En un mundo como el de hoy, es necesario que podamos reconocer los aprendizajes previos de los estudiantes y brindar la oportunidad para que puedan moverse entre distintas instituciones”.Otro aspecto que es clave, según indicó Arratia, es el financiamiento. En este sentido, precisó que es necesario eliminar las barreras de acceso a recursos públicos, de modo que las instituciones TP puedan adjudicarse fondos basales de investigación. “Y a más largo plazo, tenemos que establecer un nuevo mecanismo de financiamiento, que garantice mayores recursos para esta modalidad”, agregó.IgualdadLa representante de Educación 2020 también fue enfática en señalar que no se debe excluir del beneficio a los jóvenes que cursan carreras técnicas en 17 universidades. Según proyecciones, serían cerca de 3 mil estudiantes, lo que tendría un costo adicional de USD 7,5 millones adicionales.Arratia concluyó que “como Educación 2020, hemos señalado que la educación técnico profesional debe ser prioridad. Debemos transformar este sector en un motor de desarrollo nacional, que ofrezca un futuro promisorio a jóvenes que optan por seguir carreras técnicas tanto en la educación media como superior. Y para ello es urgente que trabajemos en la estrategia nacional, con mirada a largo plazo”.