27 enero, 2015
Después de ocho meses de intenso debate público, la Ley de Inclusión, que termina con el lucro, copago y selección en la educación fue finalmente aprobada por la Cámara de Diputados. De esta manera, la iniciativa legal termina su trámite en el Congreso y sólo le queda ser revisada por el Tribunal Constitucional antes de […]
Después de ocho meses de intenso debate público, la Ley de Inclusión, que termina con el lucro, copago y selección en la educación fue finalmente aprobada por la Cámara de Diputados. De esta manera, la iniciativa legal termina su trámite en el Congreso y sólo le queda ser revisada por el Tribunal Constitucional antes de ser promulgada por el Gobierno.
El proyecto cambia las bases del sistema educativo chileno, uno de los más segregados y mercantilizados del mundo, poniendo a la inclusión como eje.
Este es un paso fundamental de una ambiciosa reforma educacional planteada por el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, que además contempla una nueva Carrera Docente, el fin de la municipalización y la regulación y gratuidad en educación superior.
Un primer paso en la dirección correcta
Patricia Schaulsohn, subdirectora ejecutiva de Educación 2020, destaca que “para nosotros este es un avance, porque se allana el camino para que la educación deje de ser un bien de consumo y vuelva a ser un derecho social, como corresponde. Con esto esperamos que Chile deje de batir el triste récord de tener la educación más segregada y mercantilizada del mundo”.
Schaulsohn recalca que parte importante del contenido de este proyecto concuerda con la hoja de ruta de Educación 2020 “La Reforma Educativa que Chile necesita”, publicada el 2013. “Desde hace varios años venimos planteando que el tema de la inclusión es un paso fundamental para avanzar hacia una educación calidad. Ya en nuestra hoja de ruta de ese año propusimos terminar con el lucro, el copago y la selección porque son elementos profundamente segregadores y que distorsionan el sistema educativo, por eso creemos que este es un paso en la dirección correcta”, explicó.
Desde Educación 2020 valoramos profundamente la aprobación de este proyecto, que se suma a la reforma a la institucionalidad de la educación parvularia y a las nuevas figuras del administrador provisional y de cierre para instituciones de educación superior, y a los que vendrán en el plano de la formación y condiciones laborales docentes, nueva Educación Pública y regulación y acceso al sistema de educación superior. Esperamos que esta reforma siga caminando en la dirección correcta para que la educación chilena realmente alcance la calidad, equidad e inclusión que los niños y niñas merecen.
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