29 noviembre, 2016
Por Sergio SandovalDirector del Instituto Superior de Administración y TurismoColegio integrante del proyecto de innovación de Educación 2020 Muchos se preguntarán cuáles son mis razones para el título de esta columna. No es más que una frase breve en la que trato de resumir mis expectativas y emociones sobre el trabajo que nuestro establecimiento, el […]
Por Sergio Sandoval
Director del Instituto Superior de Administración y Turismo
Colegio integrante del proyecto de innovación de Educación 2020
Muchos se preguntarán cuáles son mis razones para el título de esta columna. No es más que una frase breve en la que trato de resumir mis expectativas y emociones sobre el trabajo que nuestro establecimiento, el Instituto Superior de Administración y Turismo, comienza a realizar con Educación 2020 en Valdivia.
En el año 2015 veo por primera vez el documental “Maravillas”, que habla de los impactos de las “Redes de Tutoría” en miles de escuelas mexicanas, cada una con realidades mucho más precarias que las nuestras, donde las expectativas de los estudiantes eran solo terminar la primaria y para qué hablar de las expectativas de los docentes. Sin embargo, al pasar los años, esta metodología transformó a estas escuelas, logrando resultados y avances superiores a las escuelas pagadas de México. ¿Cómo lo hicieron?
Desde que estaba en el colegio vengo escuchando lo mismo: la educación no mejora, las niñas y niños no aprenden, lo pasan mal en el colegio y otras frases, hasta hoy. Debemos cuestionarnos lo siguiente: ¿cuánto ha cambiado la escuela para fomentar la creatividad e innovación en nuestros alumnos y alumnas? La verdad es que nada. La escuela como estructura sigue igual que hace 30 años o más.
Sin duda que después de tantos años algo distinto debemos hacer. “No tenemos nada que perder” es la consigna propuesta por los docentes de nuestro colegio. Sentimos el deber de convertirnos en agentes de cambio, volver a humanizar el proceso de enseñanza aprendizaje. O la frase que le encanta a nuestros alumnos y alumnas: “vamos a desordenar la clase”. Queremos desarrollar las habilidades socioemocionales como la motivación hacia el aprendizaje, seguridad, autoestima, estudio autónomo, valores como respeto y tolerancia, además de modificar la convivencia escolar. Queremos estudiantes felices, con motivación y concentración en sus tareas, que sean capaces de interactuar con sus pares con respeto.
En nuestro colegio, comenzar a implementar las Redes de Tutoría como estrategia de innovación, de transformación de la sala de clases, es un cambio marca un antes y un después. Desde ahora, comenzamos a formar a los futuros quijotes que harán de nuestro país algo mejor.
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