19 diciembre, 2016
Fueron los colegios pioneros en la Región Metropolitana en implementar Redes de Tutoría. En junio de 2016, los equipos docentes del Liceo Sara Blinder Dargoltz y del Centro Educacional San Joaquín aceptaron el desafío de formarse en esta metodología innovadora que transforma cómo se aprende y se enseña en la sala de clases. El acompañamiento […]
Fueron los colegios pioneros en la Región Metropolitana en implementar Redes de Tutoría. En junio de 2016, los equipos docentes del Liceo Sara Blinder Dargoltz y del Centro Educacional San Joaquín aceptaron el desafío de formarse en esta metodología innovadora que transforma cómo se aprende y se enseña en la sala de clases.
El acompañamiento estuvo a cargo de Educación 2020, que invitó a niños, niñas y docentes a conocer voluntariamente las Redes de Tutoría. Así, se inició un camino de formación de varios meses, en la que estudiantes y educadores conocieron este enfoque, que permite transformar tanto la relación “maestro y aprendiz” como la manera de aproximarse a los contenidos curriculares.
Redes de Tutoría funciona así: un tutor (profe o estudiante) que domina un tema de su interés ofrece lo que sabe a otros. Un tutorado (profe o estudiante) elige entre esos temas el que más le interesa aprender. Luego, tutor y tutorado se reúnen y aprenden en relación tutora. Cuando el tutorado comprende el tema y su proceso de aprendizaje, puede ofrecérselo a otra persona y así convertirse en tutor.
Además, el enfoque parte de una premisa básica: que los alumnos y alumnas aprendan eso que les interesa y les produce curiosidad, y que cada docente enseñe eso que le apasiona compartir. La relación tutora permite el contacto y el diálogo entre pares para adentrarse en un conocimiento. A la vez, potencia la autonomía estudiantes y docentes para ahondar en un tema.
Estudiantes que enseñan a sus profes
En la quincena de noviembre, el Liceo Sara Blinder Dargoltz y el Centro Educacional San Joaquín vivieron jornadas que marcaron la culminación de un ciclo: luego de que 10 docentes y directivos se formaran como tutores, fueron los estudiantes quienes dieron tutoría, a sus pares o profes.
“Los estudiantes se sumaron con mucha motivación, dejando atrás vergüenzas y miedos, como trabajar con un profesor. Con la relación tutora se da una horizontalidad que no existe hoy en la sala de clases”, explica Daniela Triviño, jefa de estos dos proyectos en Educación 2020. Y agrega que los aprendizajes de los niños, niñas y jóvenes no fueron sólo académicos, sino también de habilidades para la vida.
Por ejemplo, Katheryn Alarcón, de segundo medio en el Liceo Sara Blinder, cuenta sobre aprender con Redes de Tutoría: “una se puede acercar más a sus profes o estudiantes. Y también se interioriza mucho más un texto, más allá de lo que dicen las palabras o las enseñanzas de una hoja escrita que te pasa un profe”.
Ahora, Educación 2020 comenzará la evaluación de esta implementación, además del codiseño de la escalabilidad de Redes de Tutoría durante el 2017. Es decir, cómo ampliar la experiencia en distintos espacios, cursos y colegios, con miras al objetivo final: que esta experiencia sirva de insumo como política pública.
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